En el complejo mundo de las finanzas, a menudo nos encontramos en situaciones difíciles, con deudas a las que no se puede hacer frente. Pero existe un mecanismo para dejar atrás las situaciones de insolvencia y comenzar de nuevo. La Ley de Segunda Oportunidad, también conocida como el Mecanismo de Segunda Oportunidad, es un recurso legal que permite a individuos eliminar total o parcialmente sus deudas, dándoles una oportunidad para recuperarse después de una situación financiera insostenible. Su regulación se encuentra en la Ley 25/2015, de 28 de julio, de mecanismo de segunda oportunidad, reducción de la carga financiera y otras medidas de orden social, comúnmente conocida como la Ley de Segunda Oportunidad, así como en el Real Decreto Legislativo 1/2020, de 5 de mayo, que aprueba el texto refundido de la Ley Concursal.

La motivación de la ley es clara: permitir a individuos, a pesar de fracasos económicos personales o empresariales, retomar el control de sus vidas sin el lastre perpetuo de una deuda impagable.

¿Quién puede solicitar la segunda oportunidad?

 Ley de Segunda Oportunidad está diseñada principalmente para particulares y autónomos, pero no todos pueden acceder a sus beneficios. Aquí están los requisitos clave:

1.- Deudas con al menos dos acreedores distintos: Esto incluye a entidades financieras, administraciones públicas (Hacienda, Seguridad Social, Ayuntamientos, entre otros), proveedores y más.

2.- Insolvencia y falta de patrimonio suficiente: Se debe demostrar que no se tienen los recursos necesarios para pagar las deudas.

3.- Actuar de buena fe: Se debe demostrar que las deudas se contrajeron de manera honesta, siendo la buena fe un concepto central en esta ley. Aunque la Ley Concursal no proporciona una definición precisa, enumera casos en los que no se considera que ha existido buena fe. Por ejemplo, no se puede haber sido condenado por delitos económicos, patrimoniales, contra la administración pública o contra los trabajadores en los últimos diez años. Además, no se puede haber contraído las deudas a sabiendas de que no se podrían pagar.

4.- Cinco años de espera: Si no es la primera vez que uno se acoge a la Ley de Segunda Oportunidad, se debe esperar al menos cinco años para volver a hacerlo. Si se obtuvo una exoneración del pasivo insatisfecho mediante un plan de pagos, el plazo se reduce a dos años.

¿Cómo funciona?

 El procedimiento para acogerse a esta ley ha experimentado cambios significativos recientemente, lo que lo hace más accesible y eficiente. El primer paso implica recopilar la documentación que respalde la insolvencia y situación financiera del solicitante. Luego, se debe presentar una solicitud de concurso directamente en el Juzgado de lo Mercantil, sin necesidad de involucrar a un notario o intentar acuerdos extrajudiciales con tus acreedores. Una vez solicitado el concurso existen dos opciones:

  • Cancelación total de deudas con liquidación de patrimonio: En este caso, se pueden eliminar todas las deudas a cambio de liquidar todos los activos valiosos, como viviendas y vehículos. Los ingresos de la venta de estos activos se utilizan para pagar la mayor parte de las deudas, excepto ciertas excepciones, como las pensiones de alimentos y deudas con Hacienda y la Seguridad Social por encima de los 10.000 euros.
  • Cancelación parcial de deudas con plan de pagos: Esta opción permite conservar parte del patrimonio, como la vivienda familiar. El juez determinará qué porcentaje de las deudas habrán de ser pagadas y cancelará el resto. Luego, se establecerá un plan de pagos con una duración de 3 a 5 años. Si se cumple con el plan de pagos, las deudas canceladas provisionalmente se convierten en definitivamente canceladas.

per | oct. 11, 2023

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